Según una vieja tradición mediterránea, recogida por Proclo y Plutarco, en el Adytum de un templo de Sais (Egipto) existía una enorme estatua de la Diosa Isis con un tupido velo negro cubriendo su rostro, acompañada de la enigmática frase:
“Yo soy todo lo que ha sido, es y será,
y ningún mortal ha levantado mi velo.“
Es el velo de Isis, el umbral que hay que atravesar (dejar de ser un mortal) para conocer la totalidad, una manifestación de varios procesos alquímicos que conllevan a que lo femenino sea igual a lo masculino y lo masculino sea igual a lo femenino.
El destape del velo de Isis representa la revelación de la luz y el correr el velo de Isis significa convertirse en inmortal.
La mujer es igualdad, valentía y apertura para generar cambios. Es movilidad, sin ella la existencia quedaría estática y perecería.
Solo descorrerá el velo de ISIS, aquel que tenga valor, alma y corazón limpio. Aquel que está movido por el amor incondicional a la existencia, el respeto absoluto a cada aparente unidad del Universo.
Aquel que sea totalmente libre en pensamiento, que su única limitación sea la ética cósmica, aquel que comprenda la misión de sus enemigos y así pueda perdonar y romper la rueda kármica.
Isis es el gran portal iniciático a la quinta dimensión.
No intentes descubrir que hay tras el velo
Desde esos días, el descorrimiento del velo de Isis ha pasado a representar la revelación de la Verdad, el encuentro con la Luz, el acceso a un conocimiento oculto, el traspaso de un umbral, en otras palabras la conexión con una realidad que está más allá de lo evidente.
El velo de Isis no es uno, sino tres velos en donde cada velo está relacionado con una de las tres trinidades. Cada velo representa los limites dimensionales entre un plano a otro de consciencia, es un portal dimensional entre la vertical y la horizontal, entre la rueda chica y la rueda grande. La última trinidad nos anuncia el cambio de ruedas que nos lleva directo de la tercera a la cuarta dimensión.
El velo de Isis es una manifestación de varios procesos alquímicos que conllevan a que lo femenino sea igual a lo masculino y lo masculino sea igual a lo femenino. Esto es, la unidad de las energías duales del alma en una sola consciencia de luz, en donde esa consciencia es: la consciencia interna y la consciencia externa. Cada velo de Isis es un paso a la ascensión, es un nuevo renacer del uno dentro de la trinidad. Para esto es necesario unir las dos conciencias en una sola estela de Luz. Es decir, el alma que permanece separada y atrapada dentro del mundo mental, correspondiente al plano horizontal del mundo de manifestación física, (mundo de las formas) debe ser liberada para volver al en la consciencia personal.
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