Trisquel: al alpha, el beta y el omega
La palabra proviene del griego triskelés τρισκελής que significa “tres piernas”, del prefijo “τρι-“( tri-) tres veces y “σκέλος” (skelos) pierna. A pesar de que aparece en varios lugares y periodos incluyendo en el 3200 a. C. en Newgrange, es parte característica esencial del arte céltico de la cultura de La Tène de la edad de Hierro.
Se incluye en el escudo de la Isla de Man, y con una cara central de medusa en el de la isla italiana de Sicilia. Un trisquel con tres piernas y no con espirales, es la forma griega del trisquel, llamada Triskelion (τρισκέλιον), aparece en el escudo de la Isla de Man, una isla británica, y en el de Sicilia, con una cara de medusa en el centro.
El trisquel o triskel, también llamado trikele o trinacria, es un símbolo geométrico celta y curvilíneo formado por tres brazos en espiral que se unen en un punto central, círculo o triángulo, configurando la forma de una hélice, es parecido a la esvástica o el tetraskel, una de las diferencias es que estos últimos tienen cuatro brazos formando ángulos de 90º. El tres es el número más sagrado para la cultura celta, y representa la perfección y el equilibrio.
El trisquel, es el símbolo supremo de los druidas, según la cultura celta, y ellos eran los únicos que podían portar este símbolo sagrado y mágico que para ellos representaba el aprendizaje, y el pasado, el presente y el futuro. También representa el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu, el principio y el fin, la evolución y el crecimiento, el aprendizaje perpetuo y la eterna evolución. Era utilizado por su capacidad sanadora, para curar heridas y aliviar fiebres, y por tanto, como talismán.
En el trisquel, para los druidas, la primera espiral representa las sensaciones y los sentidos, los límites y las capacidades del cuerpo, la segunda espiral representa la conciencia y la razón, el camino de las ideas y el pensamiento, y la tercera espiral, llamada triskillan, representa el duro camino del alma, aprendiendo del mundo del espíritu y de los dioses.
A lo largo de la historia, se han encontrado numerosos trisqueles. Algunos aparecían en acuñaciones monetarias, por ejemplo, en la ciudad prerromana de Ilíberis (Granada), y otros grabados en la piedra, desgastando su capa superficial, estos se denominan petroglifos. Existen estos grabados en algunas zonas de España, por ejemplo, en Galicia, Cantabria, Asturias y el País Vasco. También se han encontrado trisqueles como símbolos prerromanos en Vizcaya y en varias zonas del País Vasco.