Las leyendas sobre sirenas han estado presentes en el folclore de varias culturas alrededor del mundo desde hace siglos y, aunque algunas historias no terminan con un beso de amor verdadero, grandes musicales, un atractivo príncipe humano (de los que se casan al segundo día de conocerte) ni cangrejos que hablan, son igualmente interesantes y fascinantes.
Obviando el hecho de que crecí con La Sirenita de Disney y con los cuentos de Hans Christian Andersen, desarrolle una obsesión con las sirenas, imaginar ser una, la sensación del agua a tu alrededor y flotar en un mundo diferente era y es tan seductor, como escuchar la lluvia o caminar descalza sobre la arena.
Las sirenas representan a la perfección esta dualidad universal, donde orden y caos habitan y crean.
Las sirenas aparecen en relatos como en La Odisea de Homero o en el mito de Jasón y los Argonautas donde gracias al canto de Orfeo, los Argonautas no escuchan los cantos de las sirenas, logrando sobrevivir, lo que las condena a ellas a morir (cuando no se les escucha, ellas mueren o se convierten en piedra); y en Las mil y una noches donde son seres humanos que tienen la capacidad de vivir y respirar bajo el agua.
Ejemplos actuales son: Harry Potter y el cáliz de fuego, las sirenas aparecen en la segunda prueba a realizar durante el torneo de los tres magos: Sus cantos sólo se escuchan bajo el agua y su aspecto se aleja de la belleza. En la saga de Percy Jackson, en El mar de los monstruos, pasan cerca de la isla donde están las sirenas. Él se tapa los oídos, pero su acompañante Annabeth se desata del mástil en el que se había atado y nada hacia la isla hipnotizada por los cantos (referencia a la Odisea), pero Percy consigue rescatarla.
Siendo el relato más conocido sobre una sirena el de Hans Christian Andersen y el que Walt Disney llevó a la gran pantalla, pero con algunos matices diferentes: una sirena que habla y entiende la lengua humana salva a un príncipe cuyo barco ha naufragado y se enamora de él. Hace un pacto con la bruja del mar para darle su voz a cambio de tener piernas y poder conquistar a ese príncipe, pero éste se casa con otra mujer por lo que las hermanas de la sirena le dan un cuchillo para asesinarle y romper el pacto, pero ella decide convertirse en espuma antes que matarle.
Existen infinidad de relatos, novelas, series, películas y demás sobre estos seres, pero ¿Qué son las sirenas? ¿De dónde surgen?
Lo que en general conocemos y asociamos con una sirena, esas hermosas mujeres con una parte superior humana y una inferior de pescado, son en realidad Mermaids; en tanto que las sirenas como tales derivan de la mitología griega, donde aparecen como pájaros, se les representaba como si de águilas enormes se tratara, con cabeza de mujer, en algunos casos también la parte de los pechos y superior podía ser humana, es decir, mitad mujeres y mitad aves, parecidas a las arpías.
Sirenas en Grecia
La primera mención que se conoce de las Sirenas es en La Odisea, cuando Odiseo/Ulises se enfrenta a su canto en el mar. Aquí aparecen sólo dos, pero otras tradiciones hablan de tres: Pisínoe (Parténope), Agláope (Leucosia), y Telxiepia (Ligia) o incluso de cuatro: Teles, Redne, Molpe, y Telxíope. De las sirenas se sabe que su especialidad era la música.
Para Ovidio poeta y mitógrafo, las sirenas no siempre tuvieron esa forma, sino que en un principio eran mujeres muy hermosas compañeras de Perséfone (diosa del mundo subterráneo y compañera de Hades), antes de que fuera raptada por Hades. Cuando sucedió el secuestro, ellas pidieron a los dioses que les dieran alas para poder ir en busca de su amiga. Otra versión dice que su transformación fue un castigo de Démeter por no defender a su hija de Hades e impedir el secuestro. También se dice que Afrodita les quitó su belleza, porque despreciaban las artes del amor.
Una leyenda cuenta que después de la metamorfosis, rivalizaron con las musas, y éstas muy ofendidas, las desplumaron y se coronaron con sus despojos.
La historia de su origen (en la ficción mítica) es la siguiente: Poseidon se casa con su hermana Tethys y tiene varios hijos, Nereo, Doris, Aqueleo o el mito de las Oceánidas, quienes eran tres mil y poblaron los mares.
Después Nereo y su bella hermana Doris, conocida como “la de hermosos cabellos” se unen y de esa unión nacieron las cincuenta Nereidas, futuras madres de héroes como Aquiles. Las Nereidas conocidas como “ninfas del Mediterráneo” y “Ninfas del Mar Negro”, fueron representadas como mujeres hermosas, que andaban desnudas o semidesnudas estrechamente vinculadas al mar. Lo cual permitió que se fuera creando la imagen de la ninfa que, en vez de piernas de mujer, tenía cola de pescado. Dando pie al surgimiento de la sirena, tal y como la conocemos.
Las sirenas griegas eran seres peligrosos, con los que era mejor no cruzarse. Feroces y malvadas que utilizaban su hermosa voz para atraer a los navegantes a sus costas y que al caer en la trampa, hipnotizados, eran devorados.
Es por eso importante distinguir entre las sirenas griegas y las mal llamadas sirenas nórdicas (mermaids). Éstas últimas, las mermaids, si viven efectivamente en el mar. El atractivo que generan las mermaids proviene, en realidad, de su belleza y cabellera extensa que acostumbran a peinar recostadas en alguna roca sobresaliente del mar o cercana a la costa. Ellas sienten predilección por los marineros, y tienden más a ayudar que a la traición. Son muchos los casos en los que marineros y guerreros de toda clase se han enamorado de ellas, pues su belleza es característica de un grupo de seres similares y asociados con las culturas nórdicas y célticas.
El pelo de las sirenas, y el hecho de peinarse, es una marca de sexualidad y sensualidad que proviene de los siglos centrales de la Edad Media.
La principal diferencia entre un tipo y otro de sirena se refleja del medio en el que viven unas y otras:
- las sirenas viven en islas y surcan los cielos
- Las mermaids o sirenas nórdicas viven en el agua y solo ocasionalmente salen a la superficie (casi siempre con fines positivos).
El agua, como símbolo, es indicador de pureza e intuición; incluso sanación. Donde la energía fluye, las mermaids o sirenas actuales viven ahí y por eso son seres neutrales, capaces de bien y mal.
La tierra, y en especial el aire, son lugares más peligrosos y es allí donde moran las sirenas, viven en la tierra y tienen cuerpo de pájaro para poder volar; embelesando con sus canciones transmitidas precisamente a través del medio aéreo.