Frau Holle, también conocida como “Madre Nieve“, “Madre Holle” o “Madre Hulda“, es un cuento de hadas alemán recogido por los hermanos Grimm en su libro Cuentos de la infancia y del hogar en 1812.
Frau Holle (con sus variantes regionales Holla, Holda, Perchta, Berchta, Berta o Bertha) era en sus inicios una figura legendaria femenina de origen pre-cristiano que sobrevivió en la creencia popular hasta bien entrado el siglo XIX.
Se cree que el nombre proviene del alemán huld (amable, amigable, compasivo, agradecido), de hulde en alto alemán medio y huldī en alto alemán antiguo (amabilidad); cognado del danés y sueco huld (justo, amable, gentil) o hyld (secreto, escondido); del islandés hollur (fiel, dedicado, leal); del inglés medio hold o holde, y este del inglés antiguo hold (amable, amigable, gentil, favorable, leal, devoto, aceptable, placentero); del protogermánico hulþaz y este a su vez del protoindoeuropeo *kel- (tender a, inclinarse).
Marija Gimbutas declara que Hulda (o sus variantes) se trataría originalmente de una antigua diosa suprema germánica que precedió a la mayoría del panteón germánico, incluso a divinidades como Odín, Thor, Freya y Loki, hasta las tradiciones de la Europa neolítica preindoeuropea.
A medida que el cristianismo fue reemplazando poco a poco al paganismo escandinavo durante la Alta Edad Media, muchas de las costumbres antiguas se perdieron o fueron asimiladas en esa nueva religión. Hacia finales de la Plena Edad Media, el paganismo se vio casi completamente marginado y se mezcló con el folclore rural, en el cual el personaje de Frau Hulda lograría sobrevivir.
En el folclore germánic precristiano, Hulda, Holda, Holle y Holla fueron diferentes nombres que denotaban un solo ser. Según Erika Timm, Perchta emergió de un amalgama de las diferentes tradiciones germánicas, pregermánicas y probablemente celtas de las regiones alpinas, tras el periodo de las grandes migraciones ocurrido a en la Alta Edad Media. Hulda estaría relacionada con esta figura: mora en el fondo de un pozo, se desplaza en una carreta y enseñó a los humanos el arte de crear lino. También es la diosa a la que las almas de los infantes que han fallecido acuden y puede estar relacionada también a la figura de la Dunkle Großmutter (Abuela Oscura) y la Weisse Frau (Dama Blanca), elementos también relacionados con los cuentos de los Hermanos Grimm. Debido a su conexión con el mundo de los espíritus mediante la magia del hilado y tejido, se la relacionó con la brujería en el folclore católico alemán.
Tiene un festival que tiene lugar en mitad del invierno, cuando las personas se refugian en sus casas del frío. Cabe destacar que la festividad de los doce días de Navidad tiene su origen en los Zwölften (Los Doce), periodo en el que, al igual que en el calendario celta, se creía que los muertos deambulaban.
Se creía que Frau Holle volaba montada en una rueca, que se asemejaba a las escobas en las que se suponía que se desplazaban las brujas. De este mismo modo, también se la suele identificar con Diana en algunos documentos eclesiásticos antiguos. Ya a principios del siglo XI se la consideraba la líder de las mujeres y los espíritus nocturnos femeninos, los cuales eran a menudo nombrados hulden. Estos hulden abandonarían los poblados, atravesando puertas y paredes, en el silencio de la noche y dejando a sus durmientes maridos atrás, para viajar vastas distancias a través de los cielos y dirigirse a grandes festines o batallas entre las nubes.
Leyenda
En un bosque de Alemania, muy alejado del pueblo, vivía una mujer llamada Frau Holle. Siempre iba vestida de negro porque era viuda y esa era la costumbre. Vivía sola y tenía algunos animales a su servicio. La gente decía que su gato le limpiaba la casa y que su perro cazaba para alimentada. Incluso durante la época más fría del invierno, su jardín siempre estaba verde.
En el aire se notaba el olor a pan recién hecho y en su telar tejía verdaderas maravillas, que eran un deleite para la vista. Los habitantes del pueblo no la entendían, pero la respetaban y aceptaban el hecho de que era diferente a los demás.
El párroco aseguraba que era una bruja y no la dejaba entrar en la iglesia, pero esto no preocupaba a Frau Holle. Ella siempre decía que, de todas formas, Dios no estaba en ese edificio. Porque Dios vivía en los árboles del bosque y en las sagradas setas que tomaba para mantenerse despierta durante toda la noche cuando tenía que llevar a cabo alguna ceremonia de curación.
Durante el día la gente la evitaba. Pero al caer la noche, protegidas por la oscuridad, venían a veda personas de todas panes. Incluso el párroco de la nueva religión envió a su ama de llaves para que le trajese una medicina con la que calmar sus doloridas articulaciones.
Las comadronas acudían a Frau Holle para que les proporcionase hierbas que mitigasen los dolores del parto y las ayudasen a sacar la placenta. Las jóvenes iban a veda para que les preparase pócimas de amor y los muchachos le pedían hierbas que estimulasen su vitalidad. Ella conocía toda clase de remedios para curar cualquier enfermedad. Pero pasado un tiempo, Frau Holle desapareció.
La gente decía que en realidad no había muerto, sino que cabalgaba sobre las alas del viento, sacudiendo sus blancas plumas. Se la oía cantar en los tejados y, con frecuencia, durante la noche, cuando las personas estaban durmiendo, les hacía cosquillas en la planta de los pies simplemente para divertirse. Algunos aseguran que todavía lo sigue haciendo. Su nombre es Frau Holle, la prudente araña. Su morada es la brillante luna, que hace girar al mundo con su magnetismo mientras teje sus hechizos sobre la gran rueda de Capricornio.
Habla Frau Holle
Podéis encontrarme sobre las tranquilas aguas de vuestros pozos,
así como en las frías profundidades de vuestros lagos.
Venid a verme, saltad y zambulliros. No moriréis.
El profundo y oscuro pozo que refleja vuestro rostro como si fuese un espejo os mostrará el camino que os conducirá hasta mi hogar.
Cuando os atreváis a seguirme a través de las profundidades de la tierra,
os daréis cuenta de que aunque en el mundo exterior haga frío,
aquí siempre hace calor.
En mis hornos con forma de útero se está cociendo el pan recién hecho,
se están creando nuevos cuerpos para las almas.
Mis manzanos rebosan de frutos.
La grandeza de mi abundancia será vuestra si los cosecháis.
Estoy trabajando duro para que mis criaturas puedan disfrutar de las riquezas. Si trabajáis para mí llevando a cabo todas vuestras tareas y obligaciones, si aceptáis las responsabilidades que os encomiendo, tales como sacar el pan recién hecho de mis hornos o recoger las manzanas de mis árboles, y sois capaces de aceptar el poder que os proporciono, pasareis a formar parte de mi servicio personal.
Cuando sacudáis mis almohadas,
las plumas caerán sobre la tierra y la cubrirán de nieve.
Cuando reguéis mis plantas sagradas,
este agua se transformará en la lluvia bendita tan necesaria para la vida.
Ya veis que no paro de trabajar
y que no hago más que esforzarme por todo lo que resulta útil.
Siempre que haya luna llena, vendré a vigilaros y a observar vuestro trabajo.
¿Qué habéis tejido con los finos hilos que os he proporcionado?
Bajo. el resplandor de la luna llena,
examinaré vuestras relaciones y realizaciones.
Inspeccionaré vuestras casas en busca de orden y tendré en cuenta vuestro afán por la limpieza. Si el trabajo me satisface, os traeré oro, porque mis pasos se transforman en oro y el tacto de mis dedos convierte en plata todo cuanto tocan.
Pero si en vuestras vidas reina el más completo desorden,
mi aparición os traerá mucho más desorden,
con el único objetivo de obligaros a corregir vuestras antiguas costumbres.
Soy la madre que se esfuerza,
la madre severa,
la madre abnegada que trabaja y que necesita vuestra ayuda.
Mi reino son las profundas aguas del interior de la tierra,
los rincones más profundos e inconscientes de vuestra alma y las elevadas montañas que se alzan en la tierra.
Todas las criaturas mágicas me obedecen,
pero las ninfas del agua son mis hijas predilectas.
Soy aquélla que puede mostraros vuestros propios sentimientos
y ayudaros a que os enfrentéis a sus consecuencias;
soy aquélla que puede premiaros o castigaros.
Soy la bondadosa abuela
y mi planta sagrada es el blanco saúco que florece desde la primavera hasta el otoño.
Con él curo todas las enfermedades;
es mi varita mágica.
Me encontraréis siempre que haya algún trabajo duro que realizar,
porque a través del trabajo duro me manifiesto
y premio vuestras acciones.
Frau Holle os llena de energía creativa y os proporciona la ambición necesaria para poder adquirir más conocimientos y mejorar vuestras técnicas.
Otorgo la capacidad para transformar los valores espirituales en aplicaciones prácticas y para proteger y preservar vuestra propia vida y la de la sociedad que os rodea.
Proporciono juventud, incluso durante los últimos años de vida, así como la curiosidad necesaria para descubrir y mejorar nuevas ideas y para llevarlas a la práctica. Aseguráis que cuidar de mis manzanas es una tarea demasiado humilde para vosotras.
Pero mis manzanas simbolizan vuestra sexualidad, vuestra fertilidad y vuestro sustento. Mi horno es la caldera mágica y creativa en la que adquieren forma nuevas vidas. Al sacudir mis almohadas estimuláis el cambio de estaciones y al cooperar conmigo participáis en el desarrollo de la divina creación.
Cuando por fin os deje en libertad en vuestro propio mundo, situado por encima de las profundidades de la tierra, entraréis en él mucho más enriquecidas y con una mayor madurez gracias a mis dones. Las sagradas plantas, recubiertas de nieve, siempre os recordarán mi presencia. Sed amables con los ancianos y con los más necesitados; puede que alguno de ellos sea yo y que me haya disfrazado para poneros a prueba.