En la primera parte conocimos acerca de la historia de Rhiannon y Pwyll, gobernador de Dyfed; ahora les contare cómo es que la historia de Rhiannon se cruza con la de Manawydan; descrita en la Tercera Rama del Mabinogi.
Se cuenta que después de que los siete hombres que lograron sobrevivir en la batalla suscitada en Inglaterra por la humillación que sufrió Branwen, hermana de Manawydan, éste se encuentra con que no ya no tenía hogar debido a que su primo hermano le había arrebatado el trono a su hermano Brân.
Pryderi, hijo de Rhiannon y Pwyll, al ver a su amigo Manawydan sufriendo le ofrece como esposa a su madre viuda y el dominio de los siete cantones de Dyfed: su reino. Manawydan acepta casarse pero no los cantones, tras llegar al acuerdo parten a la corte principal de Dyfed en donde Rhiannon y Cigfa (esposa de Pryderi) les habían preparado un banquete.
Pasó el tiempo y los cuatro se dirigieron con su séquito a Gorsedd Arberth. Cuando estaban sentados, se oyó un gran trueno, seguido de una nube tan espesa que no se podían ver unos a otros. Cuando la nube se disipó habían desaparecido casas, ganado y hombres, no quedaban más que las casas de la corte, vacías, sin ningún humano y sin un animal. Incluso sus compañeros habían desaparecido sin dejar rastro, sólo quedaban ellos cuatro.
Un tiempo, los cuatro, se distrajeron recorriendo el país y los dominios con la intensión también de ver si encontraban algún lugar habitado pero no hallaron nada más que animales salvajes. Estuvieron en tres ciudades distintas para intentar sobrevivir. Los hombres buscaban trabajo como guarnicioneros, haciendo escudos o zapatos, pero debido a las capacidades extraordinarias de Manawydan como artesano, todos los productos que fabricaba acababan siendo los únicos que se vendían, por lo que sus competidores siempre intentaban matarlos y huían sin enfrentarlos aún a sabiendas de que ellos solos superaban en fuerzas a todos sus enemigos juntos, porque Manawydan siempre se negaba a luchar. Después de la última ciudad de la que escaparon decidieron regresar a Dyfed donde reunieron a sus perros y vivieron de la caza durante un año.
Una mañana Manawydan y Pryderi salieron de la corte para cazar, empezaron a seguir a un jabalí de un blanco resplandeciente y llegaron a un castillo que había surgido de la nada. Pese a la negativa de Manawydan, Pryderi decide entrar en el castillo siguiendo a los perros. En el centro del castillo vio una fuente y en el borde de la fuente un recipiente de oro. Pryderi se acercó para tocarlo y en ese instante sus dos manos se pegaron al recipiente, sus dos pies a la losa de mármol y perdió la voz.
Manawydan cansado de esperar muchas horas a que Pryderi se fue a la corte. Cuando Rhiannon supo qué había ocurrido recriminó a su marido por ser un mal compañero y ella misma fue a buscar a su hijo encontrando el mismo destino, se dice que después de un gran trueno el castillo desapareció con ellos dentro.
Manawydan se ofreció a cuidar y respetar a la mujer de Pryderi y se trasladaron a Lloegyr en donde trabajo como zapatero, pero al cabo un año nuevamente les tuvieron envidia e intentaron matarlos. En esta ocasión Cigfa es la que insiste en enfrentarlos pero nuevamente Manawydan se rehúsa y vuelven a Dyfed, esta vez sólo con un haz de trigo.
De regreso a la corte en Arberth, Manawydan caza, pesca y decide sembrar tres cercados con el trigo que tenía. Cuando llega la época de la recolección, Manawydan decide recolectar el primer cercado pero esa misma noche todo el trigo del cercado había desaparecido, la siguiente noche ocurrió lo mismo con el segundo cercado, así que decide hacer guardia la tercera noche para proteger el último.
Hacia medianoche escucho un gran estruendo y vio aparecer una tropa de ratones, cada uno trepaba a lo largo de un tallo y lo dejaba sin nada. Arrastrado por el furor y el despecho, se precipitó en medio de los ratones, vio uno de aspecto más gordo, lo persiguió, lo metió en su guante y lo ató con una cuerda para luego dirigirse a la corte. Una vez allí lo colgó como a un ladrón. Cuando lo estaba haciendo, llegó un clérigo, la primera persona que veía desde hacía siete años en Dyfed, y le ofreció tres libras que le habían dado como limosna a cambio de que le diera al ratón, pero Manawydan se negó a vendérselo. Luego apareció un sacerdote y se repitió la escena. Por último, vio llegar la comitiva del obispo con sus bagajes y su séquito; el propio obispo se le acercó con varios acuerdos pero todos fueron rechazados. Así que el obispo dijo que era Llwyd, hijo de Kilcoet, y admitió que había sido él quien había lanzado el encantamiento sobre los siete cantones de Dyfed por amistad a Gwawl, hijo de Clud (el marido elegido para Rhiannon antes de Pwyll y al que ella rechazó por éste), para castigar en Pryderi la afrenta. El hechicero cuando regresaron a vivir al país, su familia acudieron a él y le pidieron que los transformara en ratones para destruir el trigo y que la tercera noche la mujer del hechicero y las damas de la corte le rogaron que también las transformara, por lo que el ratón más gordo que Manawydan pretendía colgar era la mujer del hechicero, que estaba embarazada. Así, con una inteligente negociación, Manawydan consigue que el hechicero devuelva a Pryderi y Rhiannon, libere a Dyfed del hechizo y a que nadie pueda volver a hechizarlos.
En la Segunda Rama del Mabinogi se habla acerca de Rhiannon en forma indirecta en donde se dice que pájaros sobrenaturales aparecieronn en Harlech, entretuvieron a los guerreros, incluyendo su hijo, que sobrevivieron a la matanza en Irlanda; éstos pájaros actúan como portal al mundo de lo sobrenatural de forma tal que facilitan la estancia de siete años de los siete supervivientes dedicados a un festín lleno de felicidad con abundancia de bebida y comida. Estos también aparecen en otros relatos del Mabinogion como en el cuento Culhwch y Olwen.