Diana / Artemisa

Diana para los romanos y Artemisa para la griegos, es la Diosa de la luna y de la caza. Diana es una Diosa en el aspecto de doncella, es una virgen venerable, extremadamente bella, cazadora, diseminadora de dardos, ella vagaba por montes, deleitándose por la caza, haciendo que el bosque retiemble por el rugido de las fieras, haciendo que la tierra y los mares también se estremezcan por los gemidos que provocan sus dardos y cuando se ha deleitado su espíritu, tras aflojar su flexible arco se dirige a descansar a su morada.

Es una Diosa que posee un arco de oro, Diosa de la naturaleza, protectora de montes y bosques, así como animales salvajes que o habitan salvaje y virgen y de los lugares inviolados de la tierra donde los humanos no se atrevían a penetrar.

Se le relacionan a ella el culto al ciervo, animal con la que también se le representa. Los cazadores se encomendaban a ella para ser protegidos, así como la consagración de montes y bosques eran consagrados a ella.

Se le puede considerar una Diosa tripartita junto a Luna-Lucina y Hécate-Porsepina, es una Diosa astral, representada por la luna creciente, al ser una Diosa lunar está estrechamente relacionada con la fecundidad y la vida de ultratumba, lo cual es muy importante tomar en cuenta ya que una de sus tres personalidades lleva esta misma connotación (Hécate o Porsepina).

Según la mitología romana Diana nace de la relación de Júpiter-Zeus y Latona-Leto y se dice que fue tal el dolor que sufrió Latona durante su parto, que Diana prometió guardar por siempre su virginidad y de igual manera lo hizo su hermana Minerva, ambas divinidades son conocidas como las “Vírgenes Blancas”. Cuando ella nació ayudo a nacer a su hermano gemelo Helios-Apolo; por tal razón creía que había sido elegida por las Moiras para ser comadrona, ya que había ayudado a su madre en el nacimiento de su hermano. Todas sus acompañantes debían permanecer vírgenes bajo pena de implacables castigos, y la propia Artemisa guardó celosamente su castidad. Sus símbolos incluían el arco y las flechas de plata, el perro de caza, el ciervo y la Luna.

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Diana obtuvo el arco y las flechas de su padre Júpiter, además de una corte de ninfas para que la acompañaran en su cacerías. Estas ninfas también deberían mantener sus votos de celibato. Pero Diana no era una Diosa precisamente Benévola, poseía un carácter  vengativo y cruel, no dudando ni por un momento en destruir a quien hacía desafiar su furia.

En la historia de Artemisa; Calímaco cuenta​ cómo pasó Artemisa su niñez buscando lo necesario para ser una cazadora, y cómo obtuvo el arco y las flechas en la isla de Lipara, donde trabajaban Hefesto y los Cíclopes. Las hijas de Océano estaban llenas de miedo ante la visión de los monstruosos herreros, pero la joven Artemisa se acercó valientemente y solicitó sus armas. También cuenta Calímaco cómo Artemisa visitó a Pan, el dios de los bosques, en Menalia, y este le dio siete perras y seis perros. A continuación ella capturó seis ciervos de cornamenta plateada para tirar de su carro, y comenzó a practicar con su arco disparando primero a los árboles y después a las bestias salvajes.

En una ocasión, Artemisa se encontraba tomando un baño en el bosque agora en compañía de su coro de ninfas, cuando el príncipe y cazador tebano Acteón (hijo de Aristeo y Autónoe), que pasaba por allí, la vio por casualidad. Las ninfas lo descubrieron y corrieron a ocultar a Artemisa. Esta se disgustó tanto por haber sido contemplada desnuda que salpicó con agua al rostro de Acteón, transformándolo en un ciervo e incitando a sus propios sabuesos a que lo atacaran. Estos lo destrozaron sin saber que el ciervo al que daban caza era su propio dueño.​ Alternativamente, Acteón habría alardeado imprudentemente de ser mejor cazador que Artemisa, y ella, para castigar su jactancia, lo habría transformado en un venado que fue devorado por sus sabuesos.

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En las Dionisíacas, de Nono de Panópolis, Aura era la diosa griega de las brisas y el aire frío, hija de Lelanto y Peribea.​ Era una cazadora virgen, como Artemisa, y se enorgullecía de su castidad. Un día, afirmó que el cuerpo de Artemisa era demasiado femenino y dudó de su virginidad. Artemisa pidió a Némesis que vengara su dignidad y en respuesta a la demanda de la diosa, la hizo enloquecer y de este modo se entregó a Dioniso. Aura se convirtió en una homicida peligrosa. Cuando parió dos hijos mellizos, se comió a uno de ellos, y el otro, Yaco, fue salvado por Artemisa. Más tarde, Yaco se convertiría en ayudante de Deméter y en guía de los misterios eleusinos.

El culto a Diana se inicio desde la época de los romanos siendo muy venerada y adorada; con el paso de tiempo se convirtió en una deidad muy venerada por cultos paganos en Italia donde era frecuente y natural la adoración hacia esta Diosa al grado de llamarla la protectora de las brujas, las cuales invocaban su protección creyendo en ella como una Diosa extremadamente enérgica.

Como en muchos cultos el cristianismo vino a dar a entender que el culto a Diana, era un culto demoníaco. Sin embargo la brujería Italiana continuó entre bosques, cavernas y algunas ruinas donde celebraban sus festividades y rituales. Muestra de lo mencionado lo podemos leer en el “Evangelio de las Brujas“, donde Charles G. Leland hace una recopilación de ceremonias, invocaciones y conjuros a esta venerada Diosa en la brujería Italiana.

“Dichosa fue en extremo Diana ,
pues para ser del orbe más mirada
mostró en el monte excelso su grandeza.
Allí vive en su loa soberana,
por todo el universo celebrada,
gozando celsitud, que es más que alteza.”

Jorge de Montemayor

Epítetos

• Como Eginea (αιγανέα) era adorada en Esparta, significando el nombre ‘cazadora de rebecos’ o ‘la que blande la jabalina’.​
• Como Etole fue adorada en Naupacto, ciudad en cuyo templo había una estatua de mármol blanco que la representaba lanzando una jabalina. Esta «Artemisa Etolia» no había sido introducida en Naupacto, antiguamente un lugar de la Lócrida Ozoliana, hasta que fue otorgada a los etolios por Filipo II de Macedonia. Estrabón registra otro recinto de la «Artemisa Etolia» a la cabeza del Adriático.​
• Como Agorea fue la protectora del ágora.
• Como Agrotera se la consideraba especialmente como la diosa protectora de los cazadores.
• En Elis fue adorada como Alfea.
• En Atenas era frecuentemente asociada con la diosa egina local, Afea.
• Como Potnia Theron era la protectora de los animales salvajes; Homero usó este título.
• Como Curótrofa (Kourotrophos) era la niñera de los jóvenes.
• Como Loquia era la diosa de los partos y las comadronas.
• A veces era conocida como Cintia o Delia, por su lugar de nacimiento en el monte Cinto en Delos.
• También como Amarintia, por un festival en su honor originalmente celebrado en Amarinto (Eubea).
• En ocasiones era identificada con el nombre de Febe, la forma femenina del de su hermano Apolo, Febo.

Artemisa nació el sexto del día del mes, razón por la que le estaba dedicado.