El calendario arbóreo celta nos ha traído a la luz de la luna del Avellano. El avellano trae asociaciones con la sabiduría, la inspiración y la poesía, e invoca la leyenda irlandesa de Fionn mac Cumhail.
Fionn gana Awen (inspiración divina) y poderes de los que se habla en la sabiduría druídica al lamer el juego caliente de un salmón asado que ha salpicado su pulgar. Éste era el salmón de la sabiduría que habia consumido los frutos que habian caido de una avellano al rio Boinn. Por tanto, una de los nombres populares del avellano es el árbol de la sabiduría.
Quizás podramos aprovechar un poco del poder de esta leyenda de la luna del Avellano probando un poco de poesía. Busca un boligrafo, papel y unas avellanas para comértelas (si no eres alérgico) bajo la luz de la luna. Antes de comenzar, reza una sencilla oración:
Luz de la luna del Avellano,
árbol de la Sabiduría,
rezo por un crecimiento.
Que la inspiración poética me llene pronto.
Así sea
Ahora, medita bajo la luz de la luna, y cuando te llegue la inspiración, registra tus creaciones.
Rituales con el Awen
El Awen es un nombre femenino, traducido diversamente por musa, genio, inspiración, furor poético y frenesí poético. Está compuesto de dos palabras: aw, que significa fluido, y en, que significa espíritu. Así pues, literalmente Awen es el espíritu fluido.
El concepto de Awen es fascinante. Se puede encontrar en la poesía medieval de los bardos galeses; en la historia de Taliesin, un niño llamado Gwion Bach, Pequeño Inocente, bebe sin darse cuenta tres gotas de un brebaje de inspiración (Awen) preparado por la diosa Ceridwen. Gracias a esas gotas mágicas se le conceden tres dones: la poesía, la profecía y el cambio de forma. Estos dones definen las tres áreas de la práctica druida; poesía para los bardos, profecía para los vates y cambio de forma para los druidas. Los bardos medievales británicos consideran a la diosa Ceridwen, cuyo nombre significa mujer retorcida o la retorcida de blanco, la patrona de su orden.
En Irlanda, el equivalente más cercano a Awen es Dana, que ha sido traducido como don, tesoro, ofrenda o don espiritual, arte, ciencia, llamada o el arte de la poesía. Esto es visto como un don de la diosa Brighid, descrita en un manuscrito del siglo IX como una poetisa y una diosa adorada por los poetas por la generosa protección que les concede.
Al igual que Shakti de la tradición hindú, Awen es el poder activo de la creación; es una energía que adopta muchas formas, manifestándose en particular a través de una diosa que es su origen y su agente.
Desde los primeros periodos medievales, los bardos irlandeses se han referido a la inspiración como a un fuego en la cabeza. Otros, como el galés Taliesin, la ven en forma líquida, y aún otros la ven como un suspiro o un alimento, las bases de la vida. Siempre es vista como una sustancia tangible que podemos coger si lo intentamos.
El Awen que canto
lo llevo en mi interior,
fluye como un río,
conozco su extensión;
sé cuándo desaparece,
sé cuándo se llena,
sé cuándo se desborda,
sé cuándo se derrama
El símbolo.
En algunas formas de Neodruidismo el término se ha tomado como un emblema de la religión, mostrando tres líneas rectas que se expanden mientras se mueven hacia abajo, con tres círculos de diferentes gruesos, usualmente puntos o pequeños círculos en su parte superior. El símbolo fue inventado por Iolo Morganwg y adoptado por algunos Neo-Druidas.
La Orden de los Bardos, Vates y Druidas (OBOD por sus siglas en inglés) describe las tres líneas como tres rayos que emanan desde puntos de luz, con dichos puntos simbolizando los tres aspectos de la deidad y, también, los puntos en los cuales el sol sale durante los equinocios y solsticios – conocido como la triada del sol – El emblema usado por OBOD está rodeado de tres círculos, representando los tres círculos de la creación.
Varios grupos neodruidas e individuos tienen su propia interpretación del Awen. Las tres líneas están relacionadas con la tierra, el mar y el cielo; el cuerpo, la mente y el espíritu; el amor, sabiduría y verdad; etc. También se dice que el Awen no es una simple inspiración, sino inspiración de lo verdadero; sin el Awen uno no puede proclamar la verdad. Los tres fundamentos del Awen son el entendimiento de la verdad, el amor a la verdad, y la manutención de la verdad. También se refiere a las tres vocales básicas I, O, U.
Sentir el awen.
Para empezar a entender el flujo de Awen, necesitamos primero conocer el sentido de su presencia. Para los que nos dedicamos a cualquier faceta del arte nos debería resultar más fácil esto, ya que hemos sido educados sin saberlo en la forma de sentirlo. La mejor manera de hacerlo es ser perfectamente consciente de las sensaciones físicas y psíquicas que los productos de la inspiración de los demás producen en nosotros. El poeta Robert Graves dijo que la auténtica poesía hacía que se le erizara el vello de la nuca. Y creo que esto nos ha pasado alguna vez a todos, viendo una obra de arte, escuchando una canción o viendo una película. Como dato curioso relataré una experiencia que le paso a un conocido contemplando una obra mía. En ella aparecían dos hombres besándose medio desnudos, no se les veía nada, pero mi amigo dijo lo siguiente: Voy a dejar de mirar esta obra porque me estoy empalmando. ¿Qué quiero decir con esto? Que mi inspiración plasmada en una obra de arte a este chico en concreto le produjo una reacción tanto física como psíquica. Aunque sea algo tan carnal y sexual, también se podría considerar como una manifestación del awen.
Realiza el siguiente ejercicio:
Sumérjete en la forma de arte que te produzca más inspiración: un cuadro, un concierto de cámara, un concierto de David Bowie, un bosque, la cima de una colina o un lugar sagrado, una pieza de música favorita, un poema, un pasaje de una novela o una película. Mientras te ocupas de esta experiencia, intenta descubrir las reacciones personales físicas y psíquicas al espíritu de la inspiración. Se consciente de cómo te sentías antes y después de la experiencia. Si te sientes eufórico, abierto, libre, conectado, agradablemente intoxicado o elevado, subiendo hacia el éxtasis y más allá, entonces hay posibilidades de que hayas entrado en un auténtico encuentro con Awen. Si, por contra, te sientes deprimido, desanimado, aburrido o confuso, quizá deberías pensar en cambiar de gustos.
En el druidismo hay muchos medios para intentar traer a Awen, la inspiración, a nuestras vidas. Las artes son una buena manera, y el mundo natural, otra. Una vez más, nuestras reacciones son personales. Ver, oír y oler el mar motiva a algunos, mientras que otros encuentran su más profunda inspiración en las tranquilas profundidades de un bosque o en una colina en medio de una tormenta. También los árboles pueden inspirar: la oscura y antigua sabiduría del tejo, la grandiosidad épica de los altos pinos, la fuerza y la estabilidad del roble, la fluida flexibilidad del sauce y la espinosa belleza del espino o el endrino. La propia naturaleza, su belleza es una forma de despertar a su vez el awen y sentirlo.
Salmodiar el awen.
En ritos comunes y en prácticas personales solemos invocar a Awen simplemente salmodiando la palabra. En ritos en grupo, lo hacemos para que nazca la inspiración en los participantes y el círculo. En la práctica personal, el Awen puede ser salmodiado cuando se tiene una necesidad particular de inspiración, tanto para un proyecto creativo como para encontrar la respuesta a un problema. Normalmente, la salmodia debe hacerse en el entorno de un círculo sagrado.
Tradicionalmente, el Awen es salmodiado tres veces o un número de veces múltiplo de tres. A veces, se inicia una salmodia hasta que termina de forma natural. En grupos no es necesario que todo el mundo cante al unísono; de hecho, la calidad del sonido es mayor y está mejor tejida si las diferentes voces empiezan en momentos diferentes. La entonación suele ser baja, produciendo una vibración distinta en el vientre. Al elevar el tono, la vibración sube hasta la barbilla o la cabeza. La experimentación le indicará que le va mejor a usted bajo estas circunstancias. Cada sílaba se extiende tanto como la respiración lo permite.
En busca de Awen.
El objetivo es encontrar la fuente de inspiración y quizás encontrar cosas nuevas para el altar, así como entrar en contacto con el awen.
Prepara el altar y traza el círculo mágico.
Ponte delante del altar. Sientate con la espalda recta y la cabeza bien equilibrada. Concentrate claramente con la intención del ritual: aumentar el conocimiento de ti mismo y de tus fuentes de inspiración para así poder entrar en contacto con el awen siempre que quieras.
Inspira y expira lenta y profundamente tres veces. Cuando vayas a tomar aliento la tercera vez inicia la salmodia a Awen, repitiéndola tres veces, seguidas, sin prisa, lentamente, pero sin pausa, y sin desconcentrarte. Debe sonar así:
“aaaaaaaaaaaaaaaa-ooooooooooooooooooo-eeeeeeeeeeeeeeee-nnnnnnnnnnnnnn”
Mientras lo dices toma conciencia de los cambios físicos, psíquicos y espirituales del proceso. A mi personalmente la salmodia me llena de energía, una energía que retumba en mi interior. Cuando la hayas terminado quédate tranquilo un instante, permitiendo que la resonancia del sonido invada la estancia y a ti mismo.
Cuando estés listo levantate y abre una puerta en el círculo de protección, Traspasala y cierrala.
Ahora sal al mundo (en tu casa, al campo, a la calle) y busca algún objeto que te inspire. No busques mucho rato ni a conciencia, deja que tus instintos te guíen. Actúa con el vientre. Ábrete, libérate de ideas preconcebidas, y como he señalado: SIGUE TU INSTINTO.
Cuando lo hayas encontrado llévalo contigo mismo. Vuelve al circulo, abre otra puerta, entra, cierrala, y sitúate de nuevo frente al altar.
Coge el objeto en tus manos y concéntrate en él. Deja que tu mente vaya sola. Si ves que te estás desconcentrando y yendo por vanos pensamientos, usa la presencia física del objeto para volver a concentrarte. Examina sus aspectos, su textura, su forma, su color, su olor, su tacto. ¿Que pensamientos, sensaciones, sentimientos, impresiones te evocan?
Cuando consideres que el objeto te ha llevado todo lo lejos que puede es el momento de terminar el ritual y abrir el círculo. Ahora considera si el objeto es un objeto que debería estar en el altar o no. Si es así deja una ofrenda de donde lo cogiste. Sino devuélvelo a su lugar. En este caso te recomiendo que repitas el ritual días después, para así conseguir un objeto físico que señale tu conexión con el awen. Pero antes de nada hacerme caso en esto que es importante:
no nos quedemos con el primer objeto porque sí, porque así no tendremos que repetir el ritual, ya que sino este ritual no nos servirá de nada, puesto que, sobre todo al principio, este objeto nos será muy útil para contactar con el awen.
Ahora, antes de realizar un ritual, cuando hayamos abierto el circulo, cogeremos siempre el objeto en nuestras manos y de forma meditativa repetiremos la salmodia Awen que he señalado anteriormente. Una vez que ya lo hayamos hecho muchas veces no deberemos precisar del objeto, simplemente permanecerá en nuestro altar como señal de nuestra conexión con la inspiración, con la creatividad, con las musas, en definitiva, con el mismo awen. Cuando alcancemos este punto (que no es tan dificil, es el tiempo), podremos usar el awen fuera del circulo siempre que necesitemos energía creativa e inspiración.
NOTA: Esto puede parecer que es algo solo destinado a gente con profesiones que requieran creatividad, pero si nos damos cuenta, la creatividad, la inspiración, es la base de la magia, pues es la que hace que nuestros pensamientos se materialicen desde nuestros adentros, desde el corazón, en palabras, en ofrendas, en dibujos, en danzas, en RITUALES… y nos ayude a desarrollar nuestra mente subconsciente y a entender mejor el mundo que nos rodea, aportándonos una visión propia.