La religión sumeria se refiere a la mitología, panteón, cosmología y ritos de la civilización sumeria. La religión sumeria repercutió en toda la mitología mesopotámica, sobreviviendo en las sendas de las mitologías y religiones de los acadios, babilonios, asirios y otros grupos culturales. Así, los dioses sumerios, acadios y babilonios eran los mismos, a excepción del supremo de estos últimos que era Marduk.
Los mitos sumerios, inicialmente se transmitieron por la tradición oral hasta la invención de la escritura. La primitiva escritura cuneiforme sumeria fue utilizada principalmente como una herramienta de control administrativo, y no sería hasta el período Dinástico Arcaico (aproximadamente comprendida entre 2900 a. C. y 2334 a. C.), cuando los escritos religiosos llegarían a ser frecuentes, sobre todo en himnos de alabanza de templo y como una forma de “conjuro” o “encantamiento” llamado nam-šub (prefijo + “echar” o “emitir”), que junto a complejos rituales podía conseguir que, por ejemplo, una persona sanase.
Los sumerios originalmente practicaban una religión politeísta con deidades antropomorfas que representaban las fuerzas cósmicas y terrestres en su mundo. Durante la mitad del III milenio a. C., las deidades sumerias se hicieron más antropocéntricas y eran “… dioses de la naturaleza transformados en dioses de la ciudad.” Dioses como Enki e Inanna eran vistos como si An, dios del cielo o Enlil, dios supremo del panteón sumerio les hubieran asignado el rango, poder y conocimiento.
Este cambio cosmológico puede haber sido causado por la creciente influencia de la vecina religión acadia, o como resultado de las crecientes guerras mantenidas entre las ciudades-estado sumerias. La asignación de determinados poderes a las deidades podrían haber reflejado la designación de los lugales, que recibieron poder y autoridad por parte de la ciudad-estado y su sacerdocio.
En sus textos religiosos, es fundamental también, el concepto sumerio del me uno de los decretos preordenados inmutables de los dioses o fuerza impersonal que fundamenta las instituciones sociales, las prácticas religiosas, los comportamientos, costumbres y las condiciones humanas que hacen posible la civilización.